No es un error histórico ni una broma, claro, no se trata del Imperio Romano conquistando la capital de la Mayor de las Antillas, sino de un artista de la cuna de la latinidad que llegó un día a esta isla, se enamoró de ella y ha dejado constancia de sus impresiones en 80 fotografías instantáneas en blanco y negro con sus escalas de grises, que revelan cómo este joven de 35 años, originario del Valle del Lacio, ha interpretado a esta ciudad que considera real y maravillosa, no porque lo diga una consigna o algún jurado de concurso, sino porque sus sentimientos así lo expresan.

Giovanni Stella (Roma, Italia, 8 de abril de 1990) es un clásico aries ─para aquellos que gustan de entender la realidad por los signos zodiacales─, que no puede ocultar la alegría de que su primera exposición personal sea en La Habana, en la cual solo se inserta una foto sobre Italia, precisamente, argumenta el autor, para significar el enlace de Roma con esta ciudad antillana, es la foto 81; las demás, respiran La Habana.

Aunque es la primera estrictamente personal, Giovanni tiene en su currículum la participación en 25 exposiciones colectivas, todas en su tierra natal; por tanto no es un novel del arte de la cámara, tiene una experiencia acumulada que incluye el orgullo de que en cuatro sitios de su amada Italia se encuentran, con carácter permanente, fotografías que llevan su cuño, profesionalidad y firma: una en Santa Clara de Nápoli, otra en Assisi, una tercera en Ascoli Piceno y otra en Peruga.

 Giovanni Stella inauguró su primera exposición personal en La Habana. Fotos: Cortesía del autor

¿Cuándo y por qué surgió la idea de Habanarquía? Indaga este escribano en conversación con el expositor, y la respuesta es concluyente: no fue una idea mía, fue de Rodolfo Antonio Rensoli Medina, artista que fuera como mi hermano, fallecido accidentalmente justo junto a mí, hace apenas unos días cuando compartíamos tiempo de esparcimiento en una playa del este habanero. Lo conocí en mi primera visita a Cuba hace algunos años, llegué junto a mi colega Carmelo Raneri y nos hermanamos con él. Con el paso del tiempo, al ver que yo tenía un cúmulo significativo de fotos sobre La Habana que él consideró interesantes, me propuso esta exposición, lo cual agradezco. Quién diría ─asevera─ que Cuba acoge mi primera exposición personal como fotógrafo artista y precisamente sobre esta tierra.

¿Y hablando de temas y título: por qué Habanarquía? Pregunto y me responde: ese título si fue una idea mía, es una composición de dos vocablos: Habana y anarquía. La exposición es anárquica porque no hay uno ni varios temas, sencillamente no hay temas, es polisémica. Son 80 fotos de muchas cosas, mucha gente y ninguna se parece a otra ni reflejan aspectos similares. “La mía Habana es sin reglas, es anárquica”.

Giovanni Stella se graduó de gráfica publicitaria y arte cinematográfico. Su mayor desempeño ha sido en el cine documental con tres realizaciones propias de largometraje como director y diez como productor. Pero se destaca mucho más como productor de cortometrajes con un total de 20 obras en su haber, mientras ha dirigido una. Este aval le valió la nominación en la selección finalista del 2019 del importante Premio David de Donatello, el más prestigioso que otorga la academia cinematográfica itálica. Stella y Raneri organizan en su país el Festival Visión 2030 que ya lleva cuatro ediciones y este año harán la quinta. Miregla es la última de las producciones de este dúo de realizadores italianos, ya terminada, aún sin estrenar y pretenden hacerlo en Cuba este año pues la temática es un artista cubano: Rodolfo Rensoli.

¿Por qué un documental sobre Rodolfo Rensoli?

Porque lo consideramos una persona importante, un hermano, a mí personalmente me cambió la vida en cuanto a muchas concepciones. Me considero, y me ratifico ateo agnóstico; sin embargo, con Rodolfo Rensoli aprendí a apreciar la espiritualidad, me abrió la mente de la filosofía de la vida. Estoy seguro que sus aportes estarán en la memoria del mundo.

 “…con con Rodolfo Rensoli aprendí a apreciar la espiritualidad, me abrió la mente de la filosofía de la vida”.

Habanarquía se estrenó en la galería del Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño de La Habana, en la antigua casa del conde Barreto, esquina de las calles Luz y Oficios, del barrio de Belén, en La Habana Vieja, el pasado 10 de junio y allí estará expuesta hasta el 8 de julio; cuatro días antes falleció su curador, Rodolfo Rensoli. En su nota curatorial, el poeta, dibujante, compositor musical y promotor cultural expresa:

… Habanarquía, es una re visitación de dominio de un foco y el vicio contaminante de dominar la realidad desde la interacción de dominar ese aparato óptico que es la cámara. Los contrastes que emergen desde la realidad en el simplificado proceso del revelado digital le aportan a la poesía la captación de una imagen, que siempre es suma de imágenes.

He visto trabajar a Giovanni Stella, captando los fantasmas del paso de los cuerpos móviles, sobre los cuerpos inertes, sombras y luces, diferentes tonos de blanco y negro, que a veces son a color, tanto desde la cámara que nos ofrece una imagen fija, como en la imagen fílmica del movimiento, ese espíritu del latino original, contrastante, desde la agresividad a la sensibilidad suprema del espíritu de los cielos.

(…)

Habanarquía es amor a la ciudad diversa que me representa, y de la cual soy parte, para bien, o para mal, despliego el telón…”

El curador, en un inusual acto artístico, ya impreso el catálogo de la muestra, el día anterior de su inesperado deceso le envió al autor un párrafo que consideró el Epílogo, algo que dijo le había faltado y que lo leería el día de la inauguración. Dice así:

“El reposo del guerrero es ir lejos, donde se disuelven las interacciones polirrítmicas del hacer cotidiano en lo construido. El guerrero se construye en la supervivencia, método que persiste dejando referencias de lo que salva. Un diálogo depurado del interior, con el exterior que nos conforma”.