«Mamá enfermó del corazón y la internaron de emergencia en el hospital», así comienza la novela El latido de los días, del mexicano Mario Carrasco Teja, ganadora del Premio Casa de las Américas 2024 en la categoría de Literatura para niños y jóvenes, y publicada por el Fondo Editorial Casa de las Américas en ese mismo año.
Este peculiar inicio introduce al lector en la historia de Benjamín, llamado cariñosamente Benja, un niño que tiene que lidiar con la delicada situación de salud de su madre, hospitalizada y entre la vida y la muerte; enfrentarse a otras tensiones familiares como la llegada de unas tías inoportunas que invaden la casa junto a sus tres perros chihuahueños; y rebasar el distanciamiento de algunos de los miembros de su familia. Este contexto hará que el niño se refugie en su imaginación y convierta muchos de los sucesos cotidianos en un cuento de brujas.
Benja tiene una hermana mayor llamada Lola, una joven de carácter fuerte que lo acompañará en la aventura de resistir la invasión de las tías; y un hermano que abandonó la casa familiar para centrarse en sus estudios sin importarle mucho la enfermedad de la madre.
El jurado del concurso, integrado por el brasileño Ricardo Fernandes, la dominicana Geraldine de Santis, y la cubana Liuba María Hevia, definió la novela como una «obra que reivindica la fuerza de la brevedad, promueve valores universales a través de lo regional y posee una voz única para relatar historias que encienden la chispa de la inteligencia y la curiosidad en sus lectores».
La historia, a pesar de tocar temas delicados y complejos, resulta tierna y dinámica para el público infantil y juvenil. Está dividida en tres partes con varios capítulos breves, lo cual la hace una obra de rápida lectura.
Este poder de síntesis que resaltara el jurado es una de sus potencialidades y parece ser también una característica del estilo de su autor, Mario Carrasco Teja, reconocido por su producción de cuentos ganadores de múltiples premios, tanto en México como internacionalmente.
La lectura viene acompañada de varias ilustraciones interiores realizadas por el hermano del autor, Alfredo Carrasco Teja. Imágenes sencillas pero no ausentes de belleza, que serán agradecidas por el público infantil.
Benja es el narrador de la historia. Relata los hechos de forma amena y sumerge al lector en su mundo real, pero rebosante de imaginación. Es una voz fresca y graciosa que parece caricaturizar el universo que le rodea. El personaje logra una conexión inmediata con el lector, lo conmueve, y en ocasiones lo hace reír. Desde su perspectiva, las tías invasoras se convierten en brujas y los tres perros chihuahueños en pequeños demonios.
Es destacable el impresionante manejo de la cultura mexicana en la historia. La mención de algunos platos y comidas típicas, la aparición de las tías molestas y hasta los perros chihuahueños. El autor se vale de varios mexicanismos, que aparecen en un glosario de términos en la parte posterior del libro. Esta incorporación del habla local crea una conexión con el público mexicano y, en general, con todo el público de habla hispana.
A pesar de la sencillez del lenguaje y de su enfoque infantil, la obra trata temas muy profundos, como la necesidad de comunicación entre adultos y niños ante situaciones familiares difíciles. No obstante, el libro es un canto a la esperanza incluso en los momentos más grises, así como pretende motivar la reflexión en quienes, en ocasiones, excluyen a los infantes de situaciones aparentemente incomprensibles para ellos, sin saber cómo esto les afecta negativamente.
El latido de los días de Mario Carrasco Teja puede adquirirse en la librería Rayuela de la Casa de las Américas, ubicada en calle 3ra y G, El Vedado. La edición del Fondo Editorial de Casa de las Américas estuvo a cargo de Claudia Torras Mendoza, con diseño y diagramación de Ricardo Rafael Villares e ilustración de cubierta de Alfredo Carrasco Teja. Una novela que renueva tópicos de la literatura infantil, perfecta para leerla en una sentada y maravillarse con el ingenio de Benjamín.
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